00 26 EL OBISPO DE ÁLCALA Y LA CUESTIÓN HOMOSEXUAL
La cuestión de los
homosexuales en España y el obispo de Alcalá
Es una trágica comedia la pretensión de los círculos homosexuales y afines, de atacar, como si fuera un criminal, al Obispo de Alcalá
de Henares. La cuestión de la homosexualidad, su práctica, La determina la
Iglesia, de la siguiente manera: requiere a sus miembros que eviten la
masturbación, la fornicación, el adulterio, la pornografía, la prostitución, la
violación, los actos homosexuales, y los métodos anticonceptivos.
Específicamente, intervenir en un aborto puede acarrear la pena de excomunión. “Los
actos homosexuales son intrínsecamente desordenados'. Son contrarios a la ley
natural [...] No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual.
No pueden recibir aprobación en ningún caso.” (1)
Pero añade: “Un número apreciable de hombres y mujeres
presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición
homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba.
Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a
ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a
realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al
sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa
de su condición.”[1]
“Las personas homosexuales están llamadas a la castidad.
Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a
veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia
sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección
cristiana".[2]
Como se ve, la Iglesia Católica está consciente de la problemática
que enfrentan las personas con tendencias homosexuales y aconseja la manera
como se debe comportar, de acuerdo a la revelación de Jesucristo para
permanecer en la gracia de Dios, respetando sus mandamientos; esto es su signo
y su misión llevada por el mundo durante 2000 años y a la cual debe su razón de
ser y su dimensión de Iglesia fiel a Dios y a su revelación, pasión y
resurrección entre los hombres.
Que un obispo hable de la homosexualidad y condene como un
mal su práctica, es necesariamente su misión y lo que en conciencia tiene que
hacer, el pretender que sea bueno, en este momento, lo que la Iglesia ilegitimó
por milenios y que es a los ojos de Dios un mal: es querer imponer mediante la
fuerza, ya sea bruta, legal o sicológica, aquello que conviene a un grupo de
seres humanos perdidos en sus sueños de hacer de lo malo algo bueno, de lo
indigno algo noble y cambiar toda la ley que Dios dispuso en su creación. Esto
ya la Iglesia lo ha vivido durante milenios de muchas otras maneras; recuérdese
que siempre ha sido perseguida y martirizada; en España no hace muchos años de
ello. Que vengan otras persecuciones, atropellos, calumnias y vejámenes, no
será una novedad; a Aquel que seguimos, lo mataron en una cruz por decir,
sostener y manifestar la verdad. ¿Qué raro tiene que nos toque el turno? Pero sépanlo
aquellos que nos impugnan: la Iglesia no se hunde, siempre se levanta y da
testimonio de la verdad. “Los cielos y la tierra pasaran pero mis palabras no
pasaran”[3]
Pero hay una batalla que se puede librar: sí todos los
obispos, sacerdotes, órdenes religiosas, diáconos, laicos y las personas de
buena voluntad, alzasen su voz y proclamaran a los cuatro vientos su acuerdo
con las declaraciones del Obispo de Alcalá de Henares: ¿quién se atrevería a
condenar a varios millones de personas por mantener su fe y creencia en su
religión? ¿Acaso no tenemos el derecho, en democracia, de manifestar los
postulados de nuestra fe? ¿Es qué nuestra libertad está supeditada a la opinión
de grupos de poder e influencia y no de la libertad que nos concede la
constitución? ¿Acaso ellos no sabían lo que opina la Iglesia Católica sobre la
homosexualidad? Y, ¿acaso un obispo católico no tiene derecho, el deber y la
potestad de proclamar su doctrina? ¿Somos talibanes fundamentalista que no
quieren oír hablar sino de lo que desean oír? ¿Cuál es su concepto de libertad,
la de su opinión solamente? Pobre España si quien posee el poder son grupos
como estos: nos esperarían días de ira y de sufrimiento y a la vez de
purificación y superación intrínseca… !Quizás sea lo que nos hace falta…¡
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