00.24 AMIGO EMETERIO
Comentario
a un artículo publicado en el diario El Nacional de Caracas, por el
Economista Emeterio Gómez; donde debate sobre la existencia de una
ética a nivel racional.
Amigo
Emeterio, la ética de una democracia son la constitución y las
leyes; pero quien las respeta? Cuando se habla de ética se habla de
algo más que de leyes, reglamentos y constituciones; se trata de
principios en lo profundo de la psiquis, por no poner la palabra
"espíritu" que tendría que ser dilucidada, pero, si
no hay estos principios en la voluntad humana,¿Quien puede regir los
actos de los individuos en una sociedad?: ¿la fuerza? ¿el dinero?
¿el interés? ¿la adulación al poderoso? Considero impropio hablar
de ética social, como de algo difuso que tiene una sociedad
intrínsico a sí misma. Lo social es una relación de partes entre
los individuos y no el centro del hombre y del mundo como pretende el
pensamiento marxista, marciano o cualquier tipo de pensamiento
social que quiere hacerse el "totum" de lo que no
es. Ud, no sé, si inconscientemente o racionalmente, parece que
se rige por principios de pensamientos socializados y socializantes y
olvida que el centro de la realidad es la persona, sin personas
no hay sociedad, sin personas no hay hombres, sin personas sólo
existe la naturaleza que forma la dimensión de la tierra: animales,
plantes, geología, química y física. El pensamiento racionalista
después del "cogito" puso el énfasis en lo "claro y
distinto" en la "res cognitans" y "envolvió"
el pensamiento humano en la coraza de su dimensión racional; pero lo
racional, como la ciencia, son generalizaciones de las imágenes
sensibles que si bien sirven para interpretar la realidad, se
"alejan" de su "substancia profunda" al poner las
ideas como realidad última del conocer y ser, esto no es más que
platonismo trasnochado y estéril. Al parecer, todas las personas
formadas en el pensamiento marxista, caen en esta forma de pensar
inútil y dañina, como en realidad no podría ser de otra manera,
dados los antecedes intelectuales de esa corriente de pensamiento:
Kant, Hegel, Fichte, Schopenhauer, Feuerbach y un largo etc. de
la filosofía racionalista alemana. Pero lo grave es que crea una
metamorfosis en la razón que sigue nuestro discurrir, en los
principios básicos del pensamiento, en los "prima" de los
silogismos que hacemos dentro de nosotros, los cuales más o menos
son los siguientes: el hombre es un ser social; todo lo que aprende
se lo da la sociedad; vivimos y somos en una sociedad; la sociedad
tiene unas leyes, usos y costumbres que "marcan"
nuestro ser y hacer; cambiando lo social se cambia al hombre; toda
trasformación del hombre parte y proviene del cambio en la sociedad,
etc. Nos parecen tan claros y precisos estos principios básicos y
estamos tan acostumbrados a oírlos y repetirlos que nos hacemos
"dependientes", en el plano intelectual, de ellos y,
no consideramos tan siquiera la posibilidad de que sean falsos o al
menos muy limitados. Esto que aparentemente es "claro y
distinto" es una trampa de la "flojera" del espíritu
para ir más allá de lo aparente y poder poner en otro
contexto una realidad más profunda del ser y de las
cosas. También todo el pensamiento marxistoide, conlleva la negación
de las realidades que no sean "aptas" para el consumo de la
razón humana: Dios, trascendencia, contingencia, espíritu,
inmortalidad que en realidad sustentan las razones y principios
propios de una ética válida y firme, pues no depende de
nuestra limitación de voluntad intrascendente sino de algo que
depasa, como todo lo real, nuestro ser.
El gran
problema de la Ética y la filosofía moderna, por el complejo
intelectual que tiene ante la ciencia, es que ha querido vivir sólo
con lo que el hombre tiene a mano, lo que puede tocar, ver y sentir,
lo material y sus derivados; pero el universo, la galaxia, el sol, la
tierra, la vida, el conocimiento y finalmente el hombre, no es
producto de si mismo, venimos de un largo y misterioso camino de
creación y evolución que ha dado como resultado, por el momento,
todo lo que, aún sensiblemente, podemos conocer y que la ciencia
está muy lejos aún de poder aclarar. El querer negar o dejar a un
lado el pensamiento total y lo más completo posible de la realidad
humana, conlleva formas de pensamiento limitadas y dañinas para el
hombre mismo. Parece que no vemos más allá de nuestros esquemas y
queremos que sea verdad lo que es simple opinión limitada e
intrascendente, de aquí que haya fracasado la ética, como Ud. dice;
no, no es un fracaso de la ética, es el fracaso de generaciones de
personas humanas que no quieren ver, sentir y vivir la realidad donde
están y de la cual forman parte y, disfrazan su fracaso y vacío con
sueños y utopías cada vez más disparatadas, queriendo hacer
realidad los deseos de amor, esperanza, fe y paz que nuestro ser
busca y anhela. Este es el problema de la ética que Ud. ha
pregonado, la ética no es producto del racionalismo interesado y
parcial de algún ser humano que quiera imponer sus definiciones de
ser a los otros hombres mediante todos los sistemas de coacción que
pudiera emplear, la ética es un acto de libertad en cada uno de
nosotros en la búsqueda de lo que es lo mejor para nosotros y que
no provenga de la limitación de una persona humana, sino de la
Fuente que ha creado y permitido el universo; y esto no puede, ni
podrá ,ser dilucidado plenamente por la filosofía o la ciencia
ya que son humanas y conllevan la limitación que todos y cada uno
tenemos. Necesitamos la fe, pero una fe madura, inteligente y
práctica, aun que ello conlleve la posibilidad de los fanatismos y
la envoltura dañada que como hombres hemos heredado. Pues las
grandes incógnitas que quisiéramos retirar del pensamiento
hipotético, tanto científico como filosófico persisten y
persistirán, dado que el hombre no es absoluto.
Lo que
estoy proponiendo es un cambio en el paradigma del pensamiento
actual, y aunque no lo parezca, influirá más sobre todo lo social
que la crítica continua y al parecer desesperada, de lo mal que
están las cosas por la situación política, social o económica.
Saludos
Jorge A.
Lastra
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