martes, 30 de diciembre de 2008

00 10 ME ESTREMEZCO DE FURIA.





Me estremezco de furia e impotencia ante la estulticia humana; ante el compromiso de mi propia limitación y las pretensiones hegemónicas de los humanos en aras de crear poderes en el viento.
Esta frase que puede parecer poética, encierra la carencia de fuerza suficiente para afrontar o aceptar el desafío que el hombre hace a su propia dimensión de ser.
Cuando leo, escucho, veo y vivo, la lamentable falta de realismo, fe y sentido común, en las frases, dichos, hechos y actos que envuelven la dimensión humana del día a día, me pregunto: ¿dónde han ido a parar, los siglos y siglos de búsqueda del bien, de predicar y tratar de instaurar el Amor como bien fundamental, continuo y exclusivo de la vida humana? ¿Dónde se perdió, la búsqueda personal y colectiva, la ilusión y el destino de la vital y eternamente necesaria trascendencia humana? ¿Ya no hace falta? ¿La vida es ahora tan hermosa, fructífera, armoniosa y digna que no precisamos sino de vivir mejor aquí? Todo debe ser tomado, exclusivamente, para el bienestar en el “pasar” por el tiempo. La política, la riqueza, el poder, la fama; son las utopías donde se resuelven las ansias de ser del hombre. ¿Somos eternos en el tiempo? ¿No moriremos? ¿No vamos a pasar? Los otros pasan y dejan su vida: yo no; al menos por el momento. La utopía cambio su cara pero es la misma; los miedos y el ansia de felicidad, de amar y ser amados no tiene mucho peso, se consigue lo mismo por medios diferentes: cuando soy famoso o rico o tengo poder o bien belleza, todo lo obtengo: para que preocuparme por aquello tan etéreo como la trascendencia. ¿Pero quien ha logrado la fama, el poder, la riqueza o la belleza y no haya tenido que pagar un alto precio de vida, dignidad o inocencia para conseguirlo? ¿Quién sobrevivió como “yo” a la cualquiera de esos supuestos bienes? La gran mayoría de ellos son huesos, polvo o ya nada. Son recuerdos, en los que vivimos, de cosas que supuestamente hicieron y sufrieron, muchas de las cuales ya no están en la realidad, ni en la historia; y no se hable de miles de años, sino de decenios o de siglos, ya pasaron, ya no son, ni están, ni sienten; al menos aquí. ¿Merecen la pena esos supuestos valores?

Nota: este artículo fue publicado, muy mutilado, en el periódico "El Nacional" de Caracas el día 5 de Enero de 2009 en la pagina de "lectores", cuerpo de "ciudadanos". Justo abajo a la izquierda, se publicó también, otro artículo al cual pusieron mi nombre y nº de cedula donde decía que estaba de acuerdo con la reelección del presidente Chávez; dicho artículo no lo escribí, ni estoy de acuerdo con su contenido. Varias veces he escrito al periódico para que hagan la correspondiente aclaración. Fue hecha el día: 23 de Enro de 2009, en la pagina "lectores" con el titulo: "Error puro y duro".