viernes, 1 de octubre de 2010

00 21 LO QUE SUCEDE.




Acaba de terminar, desgraciadamente con varios muertos, la rebelión en Ecuador contra el presidente Correa; no ha sido un golpe de estado, sino una protesta por un incremento salarial aprobado por el congreso y negado por el presidente. 
América latina, apasionada y mestiza, tanto cultural como racialmente, se debate entre las oscuras tendencias hacia la destrución y la culpa, y las luminosas virtudes de la fe, la esperanza y el amor. 
América latina es siglos de definiciones espúreas, sublimes, neuroticas, transcendentes, viciosas, virtuosas, en fin definiciones contradictorias heredades de las tres "sangres" que se amalgamaron en estos territorios y todavía no logran la síntesis deseada y necesaria.
Buscan y buscan y eso significa: esperanza de encontrar; pero lo encontrado, cuando llegue, ¿será la utopía que logrará la paz y concordía de estos pueblos?
No es la primera vez y no creo que sea la última, donde los pueblos se formen mediante la reunión de varias razas, sangres y culturas; las síntesis sociales conllevan una dialéctica vital, donde las personas terminan aproximandose, lo mejor posible, a otras formas de pensamiento y culturas, sin perder las suyas propias más álla de lo necesario para establecer una síntesis. Así ocurrió en Egipto con los Hicsos y los Etíopes; en el oriente medio con los Hitítas, los Caldeos, los Babilónios, los Medos y los Persas. Sucedió en la Indía, en la China, en Europa, con los Arios, los Celtas, los Sajones, los Anglos, los iberos etc. Así se formaron las pueblos que hoy conocemos y surgieron las civilizaciones portadoras de una gran cultura y sabiduría. Así será en América Latina y así en cada una de las regiones y lugares habitados por el ser humano, tendrá su oportunidad de supremacia donde aportarán, a todos los hombres, sus parametros de sapiencia y santidad.
Es inutil querer el paraiso en la tierra humana, es perdida de vidas y tiempos: matar, mentir, robar etc. para alcanzar un mundo utópico donde será todo "mejor". Cada pueblo o cada región tendrá su oportunidad, el problema es: ¿serán los seres humanos, a quienes les corresponda ese momento, capaces de aprovechar su dimensión histórica? 
Los problemas actuales del comunismo, las dictaduras de derecha y los malos gobernantes, en América Latina, son la constante en la história de las naciones y solamente, cuando la virtud y la caridad de las personas que habitan un lugar sea más grande que sus vicios, podrán escoger gobernantes adecuados a lo que ellos son y desean. Es en el hombre, en su conciencia, en cada una de las conciencias individuales, donde el bien hará florecer la virtud en las sociedades o el vicio destruir la convivencia y armonía necesarias para poder llevar las vidas en términos de felicidad y paz.