domingo, 29 de abril de 2012

00.24 AMIGO EMETERIO









Comentario a un artículo publicado en el diario El Nacional de Caracas, por el Economista Emeterio Gómez; donde debate sobre la existencia de una ética a nivel racional.







Amigo Emeterio, la ética de una democracia son la constitución y las leyes; pero quien las respeta? Cuando se habla de ética se habla de algo más que de leyes, reglamentos y constituciones; se trata de principios en lo profundo de la psiquis, por no poner la palabra "espíritu" que tendría que ser dilucidada, pero, si no hay estos principios en la voluntad humana,¿Quien puede regir los actos de los individuos en una sociedad?: ¿la fuerza? ¿el dinero? ¿el interés? ¿la adulación al poderoso? Considero impropio hablar de ética social, como de algo difuso que tiene una sociedad intrínsico a sí misma. Lo social es una relación de partes entre los individuos y no el centro del hombre y del mundo como pretende el pensamiento marxista, marciano o cualquier tipo de pensamiento social que quiere hacerse el "totum" de lo que no es. Ud, no sé, si inconscientemente o racionalmente, parece que se rige por principios de pensamientos socializados y socializantes y olvida que el centro de la realidad es la persona, sin personas no hay sociedad, sin personas no hay hombres, sin personas sólo existe la naturaleza que forma la dimensión de la tierra: animales, plantes, geología, química y física. El pensamiento racionalista después del "cogito" puso el énfasis en lo "claro y distinto" en la "res cognitans" y "envolvió" el pensamiento humano en la coraza de su dimensión racional; pero lo racional, como la ciencia, son generalizaciones de las imágenes sensibles que si bien sirven para interpretar la realidad, se "alejan" de su "substancia profunda" al poner las ideas como realidad última del conocer y ser, esto no es más que platonismo trasnochado y estéril. Al parecer, todas las personas formadas en el pensamiento marxista, caen en esta forma de pensar inútil y dañina, como en realidad no podría ser de otra manera, dados los antecedes intelectuales de esa corriente de pensamiento: Kant, Hegel, Fichte, Schopenhauer, Feuerbach y un largo etc. de la filosofía racionalista alemana. Pero lo grave es que crea una metamorfosis en la razón que sigue nuestro discurrir, en los principios básicos del pensamiento, en los "prima" de los silogismos que hacemos dentro de nosotros, los cuales más o menos son los siguientes: el hombre es un ser social; todo lo que aprende se lo da la sociedad; vivimos y somos en una sociedad; la sociedad tiene unas leyes, usos y costumbres que "marcan" nuestro ser y hacer; cambiando lo social se cambia al hombre; toda trasformación del hombre parte y proviene del cambio en la sociedad, etc. Nos parecen tan claros y precisos estos principios básicos y estamos tan acostumbrados a oírlos y repetirlos que nos hacemos "dependientes", en el plano intelectual, de ellos y, no consideramos tan siquiera la posibilidad de que sean falsos o al menos muy limitados. Esto que aparentemente es "claro y distinto" es una trampa de la "flojera" del espíritu para ir más allá de lo aparente y poder poner en otro contexto una realidad más profunda del ser y de las cosas. También todo el pensamiento marxistoide, conlleva la negación de las realidades que no sean "aptas" para el consumo de la razón humana: Dios, trascendencia, contingencia, espíritu, inmortalidad que en realidad sustentan las razones y principios propios  de una ética válida y firme, pues no depende de nuestra limitación de voluntad intrascendente sino de algo que depasa, como todo lo real, nuestro ser.

El gran problema de la Ética y la filosofía moderna, por el complejo intelectual que tiene ante la ciencia, es que ha querido vivir sólo con lo que el hombre tiene a mano, lo que puede tocar, ver y sentir, lo material y sus derivados; pero el universo, la galaxia, el sol, la tierra, la vida, el conocimiento y finalmente el hombre, no es producto de si mismo, venimos de un largo y misterioso camino de creación y evolución que ha dado como resultado, por el momento, todo lo que, aún sensiblemente, podemos conocer y que la ciencia está muy lejos aún de poder aclarar. El querer negar o dejar a un lado el pensamiento total y lo más completo posible de la realidad humana, conlleva formas de pensamiento limitadas y dañinas para el hombre mismo. Parece que no vemos más allá de nuestros esquemas y queremos que sea verdad lo que es simple opinión limitada e intrascendente, de aquí que haya fracasado la ética, como Ud. dice; no, no es un fracaso de la ética, es el fracaso de generaciones de personas humanas que no quieren ver, sentir y vivir la realidad donde están y de la cual forman parte y, disfrazan su fracaso y vacío con sueños y utopías cada vez más disparatadas, queriendo hacer realidad los deseos de amor, esperanza, fe y paz que nuestro ser busca y anhela. Este es el problema de la ética que Ud. ha pregonado, la ética no es producto del racionalismo interesado y parcial de algún ser humano que quiera imponer sus definiciones de ser a los otros hombres mediante todos los sistemas de coacción que pudiera emplear, la ética es un acto de libertad en cada uno de nosotros en la búsqueda de lo que es lo mejor para nosotros y que no provenga de la limitación de una persona humana, sino de la Fuente que ha creado y permitido el universo; y esto no puede, ni podrá ,ser dilucidado plenamente por la filosofía o la ciencia ya que son humanas y conllevan la limitación que todos y cada uno tenemos. Necesitamos la fe, pero una fe madura, inteligente y práctica, aun que ello conlleve la posibilidad de los fanatismos y la envoltura dañada que como hombres hemos heredado. Pues las grandes incógnitas que quisiéramos retirar del pensamiento hipotético, tanto científico como filosófico persisten y persistirán, dado que el hombre no es absoluto.

Lo que estoy proponiendo es un cambio en el paradigma del pensamiento actual, y aunque no lo parezca, influirá más sobre todo lo social que la crítica continua y al parecer desesperada, de lo mal que están las cosas por la situación política, social o económica.



Saludos

Jorge A. Lastra






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